Después de que el typoi se acortó, la pollera se convirtió en una prenda imprescindible, ya sea con estampados florales o en un solo tono.
Figura1. Falda blanca de organdi.
Su versatilidad la hace adecuada tanto para el día a día como para eventos festivos. Con el tiempo, su longitud ha experimentado reducciones notables, alcanzando incluso los tobillos, especialmente en eventos públicos.
Figura 2. Falda estampada.
La falda, que se caracteriza por su amplitud y fruncido, llega hasta los tobillos, pudiendo presentar una o dos capas adicionales en la parte inferior, decoradas con bordados o pliegues ornamentales. Asimismo, puede incorporar detalles de encaje, aunque esta elección es completamente opcional.
Figura 3. Falda blanca de organdi.
La elección de tejidos suele inclinarse hacia opciones suaves o ligeras, como el organdí, y se prefiere una paleta de colores tenues, destacando el blanco. Para complementar este atuendo, se solía usar una o dos enaguas.